
Adiós a la tristeza...
hoy, esta madrugada, regresando a los viejos textos, he encontrado mi mirada sobre un prólogo de uno de mis héroes intelectuales: el psicoanalista M. Masud. R. Khan, de quien muchos dijeron que estaba loco y difamaron:
Si uno fue bien criado, si supo aprovechar algunos momentos, y desperdició otros absurdamente, uno llega a un punto en que el pasado es el abono mediante el cual se fertiliza el presente. Esta fruición de uno mismo es algo muy codiciado, pero que nunca se alcanza plenamente porque los seres humanos somos, en esencia, miedosos, incluso de los que nos hace crecer. Por lo tanto, vivimos ocultos e internamente divididos, compartiendo muy poco con el otro, de vez en cuando, pero limitándonos en gran medida, tanto en la vigilia como en el soñar.
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