
Hay dos tipos de tragedias: no conseguir lo que se busca o conseguirlo, sentenciaba Wilde...
Puesto que al fin, no es el alcanzar la meta lo que nos anima sino el trayecto. La flecha siente la libertad, el cercenar el espacio en el impulso, en la estela de segundos regados... no en dar en la diana.
Por ello que Kavafis pedía que el viaje a Ítaca fuese largo.
Elegir es morir un poco, matar las posibilidades alternas, la red de futuribles... elegir el trayecto, elegir la diana, cambiar de vía, modificar el objetivo... sin llegar.
No llegar.
No desearlo.
Desear el rumbo, la onda, flagelar los aires.
Y entender.
(...) porque todo hombre mata lo que ama aunque no todos deban morir por ello (...), es cierto, mi querido Wilde...
Que se lève celui qui leur lance la pierre
Il ne sait de l'amour que le verbe s'aimer
Sur le pont n'est plus rien qu'une brume légère
Ça s'oublie en silence ceux qui ont espéré.
(Jacques Brel)