La última curda: a dos voces...



Desde hace un tiempo, como podrá apreciarse, no he tenido mayores fuerzas, motivos o ganas para escribir. Sucede que parte de mi tramo vital se vio desautorizado para toda palabra, como puede deducirse de los dos últimos posts. Pero, hela aquí, una tabla salvadora: una invitación para preparar una ponencia para el próximo Congreso de Psicoanálisis... ¿el tema que elegiré? Bueno, será el tango y el psicoanálisis, el análisis de algunas letras, como las de Cátulo Castillo u Homero Manzi... como la que hoy presento, primero en la voz de Goyeneche y, al final, en la de Rivero:

La última curda
(Tango)
Música: Aníbal Troilo
Letra: Cátulo Castillo

Lastima, bandoneón,
mi corazon
tu ronca maldición maleva...
Tu lágrima de ron
me lleva
hasta el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva.
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo tan fugaz
que es una curda, ¡nada más!
mi confesión.

Contame tu condena,
decime tu fracaso,
¿no ves la pena
que me ha herido?
Y hablame simplemente
de aquel amor ausente
tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que te lastimo!
¡Ya se que te hago daño
llorando mi sermón de vino!

Pero es el viejo amor
que tiembla, bandoneón,
y busca en el licor que aturde,
la curda que al final
termine la función
corriéndole un telón al corazón.
Un poco de recuerdo y sinsabor
gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor y arrea
la tropilla de la zurda
al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal
que quema el sol
su lento caracol de sueño,
¿no ves que vengo de un país
que está de olvido, siempre gris,
tras el alcohol?...

¿El nombre de la futura conferencia? Divancito arrabalero... ¿podría ser? En todo caso queda tiempo hasta octubre y han vuelto las ganas de escribir....