El pasado domingo 23 de noviembre, Al otro lado del río y entre los árboles cumplía un año de actividad. Tenía previsto para ese nuevo día estrenar la nueva imagen, pero diversas cuestiones, entre ellas una dolorosa pereza, han retrasado hasta hoy el gran momento.
Ni en mis mejores predicciones me veía yo manteniendo un blog durante un año completo (y lo que tenga que venir). Nada menos que 3.822 visitas. Sí, ya, una minucia al lado de otras vitácoras, pero dadas las modestas pretensiones con las que nació ésta, me doy por más que satisfecho. Y teniendo en cuenta, además, lo rebuscado del nombrecito... ¿a que sí? Que más de uno me lo habéis dicho. En fin, pues aprovecharemos la onomástica para explicar que se trata del título de una de las últimas novelas del mestro Hemingway.
A través de este blog he conocido a gente muy interesante y hemos comentado temas de todos los pelajes. Así que aprovecharé para daros las gracias a todos los que habéis hecho posible este año de vida del blog, a todos los que me animásteis a ponerlo en marcha a los que mantenéis viva esa llama con vuestras visitas, comentarios y sugerencias.
A todos vosotros, los incansables, y a los nuevos incautos que se dejen caer por aquí, os seguiré esperando cada día, como siempre, al otro lado del río y entre los árboles...
Ni en mis mejores predicciones me veía yo manteniendo un blog durante un año completo (y lo que tenga que venir). Nada menos que 3.822 visitas. Sí, ya, una minucia al lado de otras vitácoras, pero dadas las modestas pretensiones con las que nació ésta, me doy por más que satisfecho. Y teniendo en cuenta, además, lo rebuscado del nombrecito... ¿a que sí? Que más de uno me lo habéis dicho. En fin, pues aprovecharemos la onomástica para explicar que se trata del título de una de las últimas novelas del mestro Hemingway.
A través de este blog he conocido a gente muy interesante y hemos comentado temas de todos los pelajes. Así que aprovecharé para daros las gracias a todos los que habéis hecho posible este año de vida del blog, a todos los que me animásteis a ponerlo en marcha a los que mantenéis viva esa llama con vuestras visitas, comentarios y sugerencias.
A todos vosotros, los incansables, y a los nuevos incautos que se dejen caer por aquí, os seguiré esperando cada día, como siempre, al otro lado del río y entre los árboles...